Derramando palabras...

Intentando plasmar mis pensamientos, ideas, preguntas, vagando en la inmensidad fantástica de la incertidumbre, dejándome llevar por el olfato de la inspiración, el vapor de las palabras que huyen y se esconden en las sombras del olvido, hurgando en la memoria, atando cabos, eslabones perdidos, perfumes impregnados en el alma, papeles quemados, hojas sueltas, amontonadas en los rincones del pasado...
Trataré de ir rescatando algunos fragmentos, antes que se queden para siempre en esa nebulosa inalcanzable que me condena, que detiene mi mano cada vez que intenta ir mas allá de lo permitido, cada vez que me trae una voz, un rostro, un momento mágico, irrepetible, cada vez que golpeo en vano en una puerta que se abre a otra dimensión, a ese lado que no queremos ver, que nos desnuda, que nos deja a la intemperie de nosotros mismos, que nos hace ser un poco más humanos, que nos exilia a otro paraíso, tan distinto, tan irreal, tan mágico que las lágrimas no se desprenden, quedan suspendidas, esperando no se que cosa, no sabiendo de la nada, del caos, de la inmensidad que la espera...
Intentaré ir re-escribiendo estos poemas que en algún momento han rondado en mi mente, poemas que forman parte de un libro que se titulará: "Espejos gastados en las aceras del alma"

Espero vuestras impresiones sobre cada poesía, comparto con todos ustedes estas ideas, sensaciones, intuiciones que otras veces han quedado en el olvido, otras tantas en el fuego, pero en este intento espero simplemente que las lean, que se animen a decir algo...

Dudas

(porque las dudas que no se aplacan
encallan en los túneles de la memoria
y se transforman en colinas
que opacan el áurea de todo ser...)

Lara


viernes, 18 de julio de 2008

Milenios...

La simetría del dolor
rotura las plegarias
en plena tempestad
mil bosquejos surrealistas
estallan en doradas bocanadas
agitando el humo de la sospecha
que se deshace en fantásticas nubes
como una diabólica tormenta
iluminaciones fantasmagóricas
que se derriten en un lánguido llanto
en la indeseable lucidez
que empaña los cristales del caleidoscopio
como una diabólica operación
que acciona el salvaje parpadeo
la mirada idiota vacía el esplendor
que aletea en los contornos de la fantasía
como un torrente de tonos dramáticos
que brota de los colores primarios
de un paisaje muerto hace milenios
en plena tempestad.

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