Derramando palabras...

Intentando plasmar mis pensamientos, ideas, preguntas, vagando en la inmensidad fantástica de la incertidumbre, dejándome llevar por el olfato de la inspiración, el vapor de las palabras que huyen y se esconden en las sombras del olvido, hurgando en la memoria, atando cabos, eslabones perdidos, perfumes impregnados en el alma, papeles quemados, hojas sueltas, amontonadas en los rincones del pasado...
Trataré de ir rescatando algunos fragmentos, antes que se queden para siempre en esa nebulosa inalcanzable que me condena, que detiene mi mano cada vez que intenta ir mas allá de lo permitido, cada vez que me trae una voz, un rostro, un momento mágico, irrepetible, cada vez que golpeo en vano en una puerta que se abre a otra dimensión, a ese lado que no queremos ver, que nos desnuda, que nos deja a la intemperie de nosotros mismos, que nos hace ser un poco más humanos, que nos exilia a otro paraíso, tan distinto, tan irreal, tan mágico que las lágrimas no se desprenden, quedan suspendidas, esperando no se que cosa, no sabiendo de la nada, del caos, de la inmensidad que la espera...
Intentaré ir re-escribiendo estos poemas que en algún momento han rondado en mi mente, poemas que forman parte de un libro que se titulará: "Espejos gastados en las aceras del alma"

Espero vuestras impresiones sobre cada poesía, comparto con todos ustedes estas ideas, sensaciones, intuiciones que otras veces han quedado en el olvido, otras tantas en el fuego, pero en este intento espero simplemente que las lean, que se animen a decir algo...

Dudas

(porque las dudas que no se aplacan
encallan en los túneles de la memoria
y se transforman en colinas
que opacan el áurea de todo ser...)

Lara


domingo, 20 de julio de 2008

Confesiones

Pulverizado el pensamiento divino
encallado en su mente vacilante
arrojado a la ribera de sus labios
como olas repentinas
que desnudan pulidos brillos
crestas maduras en suntuosa mudez
le adormecen las falanges
que en vano
se aproximan (vacilantes)
se posan (torpes)
sobre las hermosas colinas
que fraguaban las yemas desnudas
inmersas en el impulso mismo
arrancando las escamas puras
en la confusión violácea del atardecer
a la deriva en latitudes ajenas
iluminando el palacio de las tentaciones
robando tenues suspiros
en un vaivén de reflejos cósmicos
las esplendorosas colinas abrazadas
por el roce efímero de sus huellas
iban despertando su memoria dormida
preludio de una sinfonía mágica
rebasando los cauces del éxtasis.

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